domingo, 6 de junio de 2010

La leyenda de la Piedra del Hogar.

Camino a los aposentos de mi Amo hay un tapiz sobre uno de los muros que representa una escena en la que un hombre sostiene una piedra y se la muestra a otras personas. Pregunté por ello a mi Señor y me respondió distraídamente que era la historia de Hesius. Ante mi cara de incomprensión, debió de recordar que soy bárbara y reclinándose en el sillón me explicó la historia del héroe.

Hesius o Hersius es un héroe mítico al que se atribuye la fundación de Ar como ciudad. La leyenda dice que realizó importantes trabajos para los Reyes Sacerdotes y que éstos le habían prometido una gran recompensa. Cuando el momento de recibir tal premio llegó, Hesius esperaba riquezas, oro y plata, pero solo le dieron una piedra grisácea, deslucida y plana con un carácter grabado. Hesius miró la piedra, extrañado y sintiéndose presa de un engaño.

- Pero... es solo una piedra.- dijo a los Reyes Sacerdotes. Ellos le respondieron:
- Ésta piedra es más valiosa que la plata y el oro.- a lo que Hesius insistió:
- Es solo una piedra.
- No- dijeron los Reyes Sacerdotes- esta piedra es más valiosa de lo que puedes imaginar. Es una Piedra del Hogar.

Hesius miró la piedra y vió que el carácter grabado en ella era el correspondiente a la primera letra del nombre de su aldea y, aceptando el obsequio con gratitud, volvió a su pueblo natal. La aldea estaba en conflicto, todos peleaban unos con otros y nadie miraba por el prójimo. Hesius enseñó la piedra a algunos aldeanos y un sabio le preguntó:

-¿Qué es esta piedra?- Hesius le explicó que los Reyes Sacerdotes decían que era una Piedra del Hogar y que era más valiosa que la plata y el oro.- Entonces debe ser cierto.- Dijo el Sabio.

Los aldeanos preguntaron:

- ¿De quién es la Piedra del Hogar, tuya o nuestra?
- Nuestra.- Respondio Hesius.

Y los habitantes de la aldea depusieron las armas y no volvieron a levantarlas contra alguien que compartía su Piedra del Hogar. Y llamaron a la aldea "Ar".
Me dijo que si me porto bien, a lo mejor un día me lleva a ver los mármoles del artista Aurobian que narran la historia en imágenes y yo me fui, contenta ante la perspectiva, a continuar con mis quehaceres.

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